domingo, 3 de abril de 2011

TEMÁTICA: AMOR

...escribió una carta semanal durante media vida. "A veces no se me ocurría que decir - me dijo muerta de risa- , pero me bastaba con saber que el las estaba recibiendo". Al principio fueron esquelas de compromiso, despues fueron papelitos de amante furtiva, billetes perfumados de novia fugaz, memoriales de negocios, documentos de amor, y por último fueron las cartas indignas de una esposa abandonada que se inventaba enfermedades crueles para obligarlo a volver. Una noche de buen humor se le derramó el tintero sobre la carta terminada, y en vez de romperla le agregó una posdata: " en prueba de mi amor te envío mis lágrimas". En ocasiones, cansada de llorar, se burlaba de su propia locura...



















Sin embargo, él parecía insensible a su delirio: era como escribirle a nadie.


Un medio día de Agosto , mientras bordaba con sus amigas, sintió que alguien llegaba a la puerta... Bayardo San Román dió un paso adelante, sin ocuparse de las otras bordadoras atónitas, y puso las alforjas en la máquina de coser.

-Bueno- dijo-, aquí estoy.
Llevaba la maleta de la ropa para quedarse, y otra maleta igual con casi dos mil cartas que ella le había escrito. Estaban ordenadas por sus fechas, en paquetes cocidos, con cintas de colores y todas sin abrir.

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